“La fuerza de una cadena es la de su eslabón más débil.” Este proverbio ilustra perfectamente la realidad de la gestión de cadenas de suministro en Santa Elena.

Imaginemos a Don José, un agricultor de la comuna Las Balsas, que debe llevar a su hija a la escuela en bicicleta. Si la cadena de la bicicleta está rota, las ruedas no avanzan y la niña no llegará a la escuela. De manera similar, para que nuestra provincia avance, las autoridades deben asegurar el correcto funcionamiento de una cadena imprescindible para nuestro desarrollo futuro: la cadena de suministro.

¿Cuáles son los problemas en nuestra cadena de suministro? La ausencia de un plan de desarrollo limita drásticamente las oportunidades de inversión. En otras palabras, las debilidades en nuestra cadena perpetúan el estancamiento. En Santa Elena, el sector productivo, como primer eslabón de la cadena, exporta solo el 6.4% de su producción total, lo que revela una alta vulnerabilidad y dependencia del mercado interno, debilitado por el contrabando y una baja planificación productiva. Segundo, industria manufacturera, contribuye apenas con el 12% de las ventas anuales de todos los sectores económico y carece de diversificación en sectores modernos y servicios tecnológicos. Tercero, logística, ocupa la séptima posición en volumen de crédito anual en la provincia, con solo 2.4 millones de dólares para transporte y almacenamiento. Cuarto, distribución, solo el 4.3% de los productores venden directamente en el mercado principal de La Libertad, mientras el 85% pasa por intermediarios y existe con control limitado sobre precios y calidad por parte de autoridades. Por último, sector minorista, sufre los efectos de la tasa de informalidad, superior al 54%, lo que genera caos en el tráfico urbano y promueve la delincuencia, perjudicando al consumidor final y los minoristas regulados que tributan y generan empleo.

¿Qué se debe hacer entonces? Aunque las soluciones pueden parecer locales, sin un plan estratégico que considere la influencia del entorno nacional y global, los esfuerzos serán en vano. Primero, Oportunidades de Inversión en Infraestructura en sectores rurales: Con más del 90% del territorio en posesiones comunales, es crucial revisar la Ley de Comunas para proteger los derechos sobre los territorios ancestrales sin frenar la inversión. Segundo, Diversificación de Cadenas de Suministro: Para competir en mercados internacionales, es esencial adoptar un enfoque de producción orientado a la exportación, donde no solo unas pocas empresas estén involucradas. El cooperativismo moderno debe ser impulsado como un motor de desarrollo para ampliar la base exportadora. Y tercero, Reducción de Fricciones Logísticas: Es crucial minimizar los obstáculos en el comercio transfronterizo. En Santa Elena, la oferta académica y el desarrollo de emprendimientos locales deben enfocarse no solo en mejorar los métodos comerciales tradicionales, sino también en incorporar estrategias de comercio electrónico, que son clave para la cuarta revolución industrial.

No obstante, nuestra provincia no cuenta con un plan sólido a larga plazo. Las propuestas vigentes no trascienden los ciclos y rivalidades políticas, y siempre se reinicia el proceso. Así como un reloj se detiene si sus engranajes no están bien ajustados, una sociedad no avanza cuando las políticas no consolidan adecuadamente sus cadenas de suministro.